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¿Qué es la gamificación en la educación?

 

    • Emma Duffay, directora de Educación Infantil en Hastings School

Desde hace varios años la gamificación ha ganado protagonismo en las aulas. Esta metodología consiste en emplear ciertas prácticas características de algunos juegos en el contexto educativo. Con ello, se busca mejorar y hacer más dinámica la experiencia de aprendizaje y, con ello, incentivar la motivación de los alumnos en las aulas.

Este método se asienta sobre principios psicológicos como pueden ser la gratificación inmediata o la competencia positiva, lo que despierta el interés y la participación de los estudiantes. En etapas tempranas, tiene importantes beneficios a la hora de asentar conceptos básicos como los colores o la numeración. Los juegos son una herramienta muy práctica y útil para estimular el pensamiento lógico y su capacidad para reconocer elementos básicos como son los colores o los números. Así mismo, esta “libertad”, al no contar con una estructura cerrada de aprendizaje, favorece que los niños puedan desarrollar su creatividad. La gamificación estimula enormemente la imaginación de los niños, una facultad esencial durante la infancia para el posterior desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.

En esta metodología la tecnología también tiene un papel muy importante. Gracias al gran avance que hay en la actualidad en cuanto a aplicaciones y programas web permite que los niños puedan experimentar un aprendizaje mucho más inmersivo y visual.

Pero la gamificación no solo se limita a edades tempranas. Los juegos, o los métodos que habitualmente se asocian a ellos, también se pueden poner en práctica en edades más avanzadas. Por ejemplo, en Primaria, cuando los niños comienzan a escribir, este método es muy útil. Mediante juegos, pueden practicar y afianzar las reglas relacionadas con la ortografía y gramática y, con ello, reforzar la expresión escrita.

También sus prácticas son válidas para el aprendizaje de conceptos más complejos, como pueden ser los relacionados con la ciencia. Hay juegos de simulación, por ejemplo, que ofrecen la posibilidad de que los niños experimenten o descubran ciertos contenidos de una manera mucho más atractiva.

Una de las disciplinas en las que siempre se ha aplicado esta metodología es la educación física. Al deporte siempre se le han asociado valores como el trabajo en equipo y el compañerismo, algo que se puede también extrapolar a otras asignaturas. Por ello, la gamificación es una herramienta con importantes beneficios que van más allá de la asimilación de datos y contenidos. Su puesta en práctica fortalece otras habilidades que se aplican en todas las facetas de la vida como la empatía, la solidaridad y la colaboración entre compañeros para alcanzar un objetivo común.

Con ello, no se descuida la enseñanza. Al contrario. Estas prácticas, en las que los alumnos tienen un papel mucho más protagonista, hace que se involucren mucho más y, con ello, se favorece la retención de información y una mejor comprensión de los conceptos. Todo ello desemboca en un mejor rendimiento académico.

Sin duda, la gamificación ha llegado para transformar los métodos de aprendizaje más tradicionales y consolidarse como una herramienta eficaz que, adaptándose a la edad de los estudiantes, permita desarrollar y estimular otras muchas habilidades.

Para los profesores es también una muy buena herramienta que les permite desarrollar su parte más creativa y, con ello, impactar en los alumnos de una manera mucho más directa.

 

 

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