
Formar en valores: empatía y trabajo en equipo desde el aula
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Ian Piper, director de Hastings School
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En el contexto social en el que vivimos actualmente, en el que la individualización y la polaridad está tan presente, los colegios deben ser espacios donde los más pequeños pueden adquirir las herramientas para aprender a convivir. El objetivo no debe ser únicamente enseñar contenidos académicos, sino ser capaces de formar alumnos que puedan trabajar en equipo y, sobre todo, ser empáticos y llegar a comprender a los demás.
De este modo, consideramos que esta educación en valores no debe limitarse a dar lecciones morales o simplemente da normas de cómo comportarse. Debe tratarse de un proceso continuado en el tiempo, que vaya desde la etapa infantil hasta su edad más adulta, y que esté completamente integrado en la experiencia escolar.
Dentro del ámbito escolar, consideramos dos valores que creemos fundamentales trabajar en el aula: la empatía y el trabajo en equipo. En primer lugar, entendemos como empatía la capacidad de reconocer y acoger las emociones y perspectivas de otro. En las aulas, es muy importante que los alumnos se sientan en un espacio seguro donde se sientan escuchados y respetados cuando transmiten su opinión. Para favorecer este clima y transmitirla importancia de esta empatía en niños y adolescentes, existen mecanismos muy sencillos de aplicar en las aulas como los debates guiados o las tutorías grupales, entre iguales. De este modo, se fomenta una convivencia mucho más humana y cercana en la que los estudiantes se sientan con la tranquilidad y confianza para participar y, sobre todo, aprender.
Por otro lado, el trabajo en equipo es una herramienta clave para desarrollar habilidades muy necesarias en la vida adulta. Poder realizar una comunicación efectiva, la resolución conjunta de retos, aprender a negociar y delegar, tomar decisiones en junto, es algo fundamental, tanto para desarrollar un perfil profesional, como para su vida personal. Para ello, fomentar en las aulas trabajos colaborativos, con roles dentro de los grupos o metodologías como el Aprendizaje basado en proyectos, son de vital importancia.
Como se puede observar, estos valores se entrelazan de forma natural. Porque el trabajo en equipo solo se puede dar cuando hay respecto y comprensión. Por otro lado, la empatía solo se puede fortalecer y desarrollar cuando hay situaciones de cooperación. La interacción dentro de los equipos, inevitablemente, obliga a que se escuche, se expresen desacuerdos y se aprecie las valoraciones de los demás.
Favorecer este clima de confianza y bienestar emocional, también repercute muy positivamente en los resultados académicos. Tener una relación positiva con los compañeros y con el entorno hace que mejore la motivación sea mucho mayor y, con ello, la atención e interés hacia los conocimientos.
Trabajar esto desde las aulas y en edades tempranas, hará mucho más fácil que en la vida adulta puedan aplicarlo. Para ello, es muy importante que en los centros educativos haya un trabajo coordinado entre etapas, donde se introduzcan e integren dinámicas y metodologías en el día a día. Con ello, el aprendizaje y el desarrollo será mucho más natural. Por supuesto, debe de haber una continuidad más allá de las aulas, tanto en casa como en el resto de espacios de convivencia.
Apostar por la formación en valores como son la empatía y el trabajo en equipo significa optar por un modelo educativo que entiende las aulas como un espacio de crecimiento integral. Se trata de construir un marco en el los alumnos puedan desarrollar, a partir de su formación académica, otras habilidades que son básicas para su vida personal. Se les da la oportunidad de aprender a convivir y crear en conjunto, en una sociedad que es cada vez más individualista en la que los sentimientos y emociones de los demás han pasado a un segundo plano.