
La frustración adolescente: el desafío de gestionar emociones en la era digital
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Departamento de Orientación de Hastings School
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La adolescencia es una de las etapas más desafiantes en cuanto a la gestión de emociones. Una de las reacciones más complejas de gestionar es la frustración, esa sensación de insatisfacción o fracaso cuando no se consigue aquello que se desea. En un contexto social marcado por la hiperconectividad e inmediatez, esta emoción parece manifestarse con mayor frecuencia. La exposición continua a vidas aparentemente perfectas en redes sociales incrementa la sensación de frustración entre los adolescentes cuando no se cumplen unas expectativas vitales que, en muchas ocasiones, no son cercanas a la realidad. A ello se le suma el fenómeno conocido popularmente como FOMO (Fear of Missing Out), que es el miedo a perderse un evento social o algo importante, lo que aumenta la presión sobre ellos y genera un círculo de comparación muy dañino.
Así pues, es casi inevitable que el sentimiento de frustración aparezca en algún momento. Y, por ello, es importante transmitir que no es algo malo. Lo fundamental es aprender a gestionarlo de la manera más adecuada.
Para ello, es fundamental que puedan identificar lo que sienten. Familias y docentes deben ayudar a los jóvenes a que pongan nombre a lo que les sucede. Identificar qué les está pasando y por qué, y entender que muchas veces estos procesos son necesarios para su desarrollo. Y, por supuesto, lo más importante, que sepan cómo darle respuesta.
Sin embargo, no siempre resulta fácil. En ocasiones, los jóvenes pueden sentirse perdidos a la hora de enfrentarse a este tipo de situaciones. En estos casos, contar con un entorno seguro y de confianza, marca la diferencia. Así, serán capaces de abrirse para expresar aquello que están sintiendo. La escucha activa, acompañada de preguntas sobre aquello que están viviendo, facilita que los adolescentes se sientan comprendidos y apoyados.
A la hora de hacer frente y gestionar la frustración que están padeciendo por no alcanzar un objetivo, es esencial que lo hagan desde la tranquilidad y la paciencia. Según el psicólogo clínico Joel Frank, propietario de Duality Psychological Services, estar sobreexpuesto a numerosos estímulos hace que el cerebro esté abrumado por la necesidad de procesar información y tomar decisiones rápidamente. En este contexto, es mucho más fácil que se recurra al pensamiento artificial. De este modo, el psicólogo incide en lo importante de detenerse unos instantes cuando suceda imprevisto, lo cual permite evaluar mejor la situación y tomar decisiones más acertadas.
En este sentido, es fundamental que el entorno les transmita que la gran mayoría de los problemas no pueden solucionarse desde la impulsividad. Y es que el comportamiento de los adultos que les rodean puede marcar la diferencia. Por ello, tanto las familias como docentes deben convertirse en el principal ejemplo en cuento a gestión emocional, mostrando con el ejemplo de cómo afrontar las dificultades de forma equilibrada.
Con todo ello, es importante recalcar que acompañar a los jóvenes emocionalmente no significa evitarles la frustración, sino darles herramientas para afrontarla con madurez. Con empatía, perseverancia y un buen trabajo previo se puede transformar cualquier emoción en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje de gran valor.