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Vuelta al cole: ventajas y desafíos a los que se enfrentan los niños y sus familias

 

    • Laura García, Head of Juniors del Colegio Europeo de Madrid

Despedirnos del verano, las vacaciones y los días de desconexión ya es una realidad que, aunque cueste asumir, debemos afrontar y lo haremos, sin duda, de la mejor forma posible: con las pilas recargadas y las ilusiones renovadas para afrontar esta nueva etapa de reencuentros y retos.

Con la llegada de septiembre arranca de nuevo el curso escolar y las mochilas se llenan de libros, estuches y nervios. La vuelta al cole se convierte en un ritual que marca el fin del verano y el inicio de una nueva etapa llena de expectativas. Para los niños, supone reencontrarse con amigos, aprender cosas nuevas y retomar sus rutinas y, para las familias, representa tanto un alivio como un desafío: se recupera cierta normalidad en la organización diaria, pero también surgen preocupaciones sobre el rendimiento escolar, la conciliación y el bienestar emocional de los pequeños.

Lo interesante de este momento del año es que reúne luces y sombras. No se trata solo de comprar libros nuevos, empezar a estudiar para los exámenes o revisar horarios, sino de acompañar a los niños en un proceso de adaptación que implica cambios emocionales, sociales y prácticos. Ahora bien, ¿cómo podemos afrontar esta etapa de la mejor forma posible? ¿Cuáles son, realmente, sus principales ventajas y desafíos?

Sin duda, uno de los beneficios más evidentes y necesarios es la vuelta a la rutina. Aunque el descanso y romperla durante las vacaciones es esencial, muchos niños necesitan recuperar sus hábitos de sueño, comidas y estudio, así pues, el cole es clave para ello. Por otro lado, la vuelta al cole es la oportunidad perfecta para fomentar valores esenciales durante la infancia como la empatía, el trabajo en equipo o la tolerancia, ya que reencontrarse con sus compañeros se convertirá en un estímulo emocional que lo hará posible. Además, cabe destacar que otro de los aspectos más importantes de la vuelta al cole es el desarrollo cognitivo: retomar las clases estimula su curiosidad, enfrentarse a nuevos retos o reforzar aprendizajes, lo que les ayudará tanto en su desarrollo académico, como personal.

Y, aunque la vuelta al cole cada año se convierte en un sinfín de oportunidades llenas de ilusión y nuevas aventuras, también trae consigo desafíos, tanto para los más pequeños como para sus familias. En muchas ocasiones, el estrés emocional tras unos meses de descanso aparece sin previo aviso y es que no todos los niños afrontan septiembre con la misma ilusión. Separarse de sus padres, el miedo a no encajar o sus propias inseguridades, pueden provocar en ellos situaciones delicadas. Por ello, es esencial que los adultos muestren empatía ante estas situaciones escuchando sus preocupaciones, validando sus emociones y acompañándolos en el proceso de adaptación.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar otro de los grandes desafíos de esta etapa: la conciliación. Aunque el colegio cubre buena parte de la jornada laboral de los adultos, los horarios no siempre se ajustan a las exigencias profesionales de los padres. Las actividades extraescolares se convierten a menudo en un parche para cubrir huecos, pero no todas las familias pueden acceder a ellas y esto plantea la necesidad de seguir avanzando en modelos de conciliación más flexibles y en redes de apoyo que puedan permitir que la conciliación en nuestro país sea real.

En definitiva, la vuelta al cole es, sin duda, una metáfora del de la misma vida: un nuevo comienzo que trae consigo expectativas, miedos y aprendizajes. Y es evidente que cada niño y cada familia lo viven de forma diferente, pero todos comparten un mismo desafío: encontrar el equilibrio entre las obligaciones y el disfrute, entre el esfuerzo y la ilusión, y conseguir que los más pequeños de la casa vivan esta etapa con ganas de aprender, superarse y seguir creciendo, en todos los sentidos.

No hay ninguna duda de que, si somos capaces de acompañar este proceso con empatía, organización y diálogo, la vuelta al cole dejará de ser un mero trámite logístico para convertirse en una oportunidad de crecimiento colectivo, donde nuestros hijos podrán ser muy felices y vivir cada momento del proceso con ganas e ilusión. Y es que, al final, lo que está en juego no son solo las notas o la agenda escolar, sino la formación integral de las personas que serán nuestra futura sociedad.

 

 

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