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Consumo responsable en Navidad: una lección imprescindible para los más pequeños

 

    • Susana Pozo, responsable de Sostenibilidad en Infantil del Colegio Europeo de Madrid.

Un año más, la Navidad llama a nuestra puerta y así llega una época realmente mágica, donde los reencuentros familiares, las ciudades llenas de luz e ilusión, y los momentos llenos de emoción cobran todo el protagonismo. En estas fechas, además, el consumo se multiplica en los hogares de todo el país, debido a todas esas reuniones con amigos y familiares: desde las compras en el supermercado para preparar cenas y comidas, hasta los regalos con los que sorprenderemos y nos sorprenderán la noche que llegue Papá Noel, los Reyes Magos o, incluso, en los amigos invisibles.

Con plena consciencia de que estas fiestas, además de especiales y bonitas, son el reflejo de un consumo, normalmente, disparado, es muy importante que, tanto desde los centros educativos como desde el entorno familiar, enseñemos a los más pequeños a vivirlas con responsabilidad. Por ello, fomentar la sostenibilidad y el consumo responsable en unos días tan significantes será esencial, además de aportarles múltiples beneficios en su crecimiento personal y crear ciudadanos comprometidos.

Por supuesto, combinar responsabilidad y sostenibilidad con la ilusión y la magia de la Navidad es totalmente posible y gracias a ellos conseguiremos que los niños y niñas puedan desarrollar una visión más crítica, solidaria y consciente que no solo durará estas fechas. Ahora bien, ¿cómo podemos conseguirlo?

Sin duda, la Navidad es la época perfecta para fomentar valores como la solidaridad, la responsabilidad o la empatía, tanto por otras personas como por el entorno que nos rodea. En una época en la que, además, nos preocupamos por cómo decorar, qué regalar o qué planes hacer, la oportunidad para poner en marcha el pensamiento reflexivo se multiplica. Así pues, hacer partícipes a los niños y niñas sobre estas decisiones también conseguirá que entiendan el impacto de sus elecciones.

¿Qué productos necesitamos para preparar la comida o la cena que queremos? ¿Dónde podemos comprarlos? Lo primero que debemos tener en cuenta es que comprar en exceso no tiene ningún sentido. Es fundamental ser un ejemplo para los niños y las niñas, mostrándoles que la comida no debe sobrar ni desperdiciarse nunca. Debemos servirnos la cantidad que vayamos a consumir y, si sobra comida, podemos aprovecharla para elaborar un nuevo menú. Además, nuestro hijo o hija puede participar en su preparación, convirtiéndolo en un momento educativo y divertido.

Por otro lado, evidentemente, apostar por el comercio local y pequeños negocios nos ayudará a fomentar la economía local y, además, a reducir el impacto ambiental. Asimismo, en estos casos, el trato suele ser mucho más directo y personalizado, algo que siempre suma.

Como veníamos anticipando, otros de los grandes protagonistas de las fiestas navideñas son los regalos. Ahora bien, ¿realmente damos y recibimos cosas que necesitamos?, ¿es imprescindible envolverlos? Estas preguntas son fundamentales cuando queremos apostar por un consumo responsable. Los juguetes seguirán siendo los favoritos de los más pequeños, pero es importante acompañarlos a valorar aspectos esenciales. Optar por la calidad antes que por la cantidad puede implicar recibir menos regalos, pero estos serán más significativos, útiles y duraderos. Además, para evitar el uso excesivo de papel de regalo sin renunciar a la sorpresa y la ilusión, podemos envolver los regalos con telas reutilizables. Otra alternativa es regalar experiencias en lugar de objetos materiales: desde entradas para un espectáculo musical o la visita a un museo, hasta una escapada familiar o un taller navideño. Este tipo de regalos puede convertirse en un recuerdo verdaderamente inolvidable.

Además de aquellos regalos o juguetes que compremos, la Navidad es la época perfecta para dar una segunda vida a aquellos que ya no se usan en casa. Por ello, donar juguetes o ropa en buen estado o participar en mercadillos solidarios ayudará a que los más pequeños comprendan la importancia de compartir con quienes más lo necesitan, al mismo tiempo que aprender el valor de reciclar y reutilizar.

Y, por supuesto, en una fecha como esta no podemos dejar de lado la decoración. Nuestras casas, los colegios, las tiendas de nuestro barrio o ciudad… ¡todo se llena del espíritu navideño! Por eso, la decoración también puede convertirse en una oportunidad perfecta para fomentar la creatividad y la conciencia ambiental. Podemos organizar talleres con los niños y niñas donde reutilicemos materiales para crear adornos que nos acompañarán durante estas semanas. También podemos recurrir a elementos naturales (como flores, piñas o ramas) para elaborar centros de mesa o la corona que colocaremos en la puerta del hogar. Es recomendable utilizar materiales que, una vez que ya no los necesitemos, puedan depositarse en el contenedor de reciclaje y continuar así formando parte de la economía circular. De esta manera, les enseñamos que no siempre es necesario comprar para crear algo bonito y decorativo; además, aquello que elaboramos con nuestras propias manos adquiere un valor emocional especial. Y, cuando llegue el momento de despedirnos de esas decoraciones, podremos darles una nueva vida si las reciclamos correctamente.

Seguramente no haya una época del año que los niños y niñas vivan con tanta ilusión y es precisamente por ello por lo que la Navidad es el periodo perfecto para despertar en ellos empatía, responsabilidad y compromiso social, valores que, sin duda, debemos fomentar en su día a día, tanto en el ámbito educativo como familiar, pero en los que debemos hacer hincapié, con más fuerza si cabe, en fechas tan señaladas como estas.

 

 

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