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Prueba de acceso a la universidad: consejos para prepararse bien el nivel de inglés

 

    • Sharon Sparks, jefa del Departamento de Inglés en TEMS.

En el camino hacia la educación superior, una de las etapas cruciales para muchos estudiantes es la prueba de acceso a la universidad. Entre las diversas pruebas que componen este proceso, la evaluación de inglés emerge como un aspecto especialmente relevante en un mundo tan globalizado. Sin embargo, ¿es esta prueba un mero obstáculo o una verdadera oportunidad para el desarrollo de habilidades lingüísticas?

Según datos del Ministerio de Educación recogidos en 2022, tras el aumento de estudiantes matriculados en los últimos años, se puede observar cómo en 2022 “existe un leve descenso de matriculación del 1,2% con respecto al año 2021”. Además, teniendo en cuenta el número de estudiantes aprobados, afirman que “la cifra de 2022 se sitúa en 274.603, un 1,7% menos que en el año 2021”. Aún así, la mayoría de estudiantes consiguen pasar dicha prueba, un 96,2% de estudiantes en convocatoria ordinaria y un 77,3% en la extraordinaria en 2022.

Por ello, la prueba de inglés de acceso a la universidad se ha convertido en un elemento determinante acceder a la universidad. Muchos estudiantes la enfrentan con una mezcla de emociones que van desde la ansiedad hasta la determinación, pero ¿qué revela realmente esta evaluación sobre los estudiantes y su preparación?

Primeramente, es importante reconocer que esta prueba no solo mide el dominio del idioma, sino también la capacidad de los estudiantes para adaptarse y comunicarse en un entorno internacional. La globalización ha hecho que el inglés sea fundamental en muchos campos profesionales, y la universidad busca preparar a sus estudiantes para este contexto global.

Sin embargo, dicha prueba lingüística no debería ser percibida únicamente como un requisito burocrático. A día de hoy, es una oportunidad para los estudiantes de mejorar sus habilidades lingüísticas y de comunicación, que serán valiosas no solo en la universidad, sino también en su futura carrera profesional. Aprender inglés no se trata solo de superar una prueba, sino de adquirir una herramienta invaluable para el éxito personal y profesional en un mundo cada vez más interconectado.

Por supuesto, no se puede ignorar el estrés y la presión asociados con esta prueba. Es responsabilidad de las instituciones educativas y de la sociedad en su conjunto ofrecer el apoyo necesario para estos estudiantes, aunque existen diversas técnicas y herramientas para que puedan enfrentar este desafío de la manera más saludable y con la mayor confianza posible.

1) Conocer el formato de la prueba. Antes de comenzar a estudiar, es importante familiarizarse con la estructura y el formato de la prueba. Esto ayudará al estudiante a entender qué esperar y podrá planificar la preparación de manera efectiva.

2) La práctica es la clave. Practicar constantemente es fundamental para mejorar la habilidad en inglés. Dedicar tiempo todos los días para practicar lectura, escritura, escucha y expresión oral es fundamental. Algunos recursos como libros de ejercicios, aplicaciones móviles, sitios web y materiales de estudio específicos ayudan a preparar la prueba.

3) Ampliar el vocabulario. Es importante ampliar el vocabulario de inglés progresivamente, pero llevándolo a la práctica en diferentes contextos. Para ello, algunas actividades que ayudan son leer libros, periódicos, revistas o ver películas y series en inglés.

4) Mejorar la comprensión auditiva escuchando audiolibros, podcasts, programas de radio y noticias en inglés, intentando identificar palabras clave, temas principales y detalles importantes mientras escuchamos.

5) Leer regularmente. La lectura en inglés ayudará a mejorar la comprensión lectora, el vocabulario y gramática. Un ejemplo de actividad puede ser leer una variedad de textos, incluyendo ensayos, artículos de periódicos, historias cortas y textos académicos.

6) Practicar la expresión escrita. Dedicar tiempo a escribir regularmente en inglés, utilizando variedad de estructuras gramaticales y vocabulario en los escritos.

7) Tomar clases o buscar tutor para que facilitar apoyo en el proceso, con el fin de mejorar habilidades específicas y preparar para la prueba de una forma más efectiva.

8) Realizar simulacros de exámenes para familiarizarse con el tiempo y el formato de la prueba. Esto ayudará a desarrollar estrategias de gestión del tiempo y a identificar áreas en las que se necesite mejorar.

9) Descansar adecuadamente y cuidar el bienestar físico y metal del alumno durante todo el proceso de preparación es imprescindible. El descanso adecuado ayudará a mantener la concentración y la motivación mientras se prepara la prueba.

En definitiva, esta prueba lingüística puede ser beneficiosa si se administra de manera adecuada y equitativa. Sin embargo, es necesario reconocer que una sola prueba no puede capturar completamente las habilidades y el potencial de un estudiante. Por ello, es esencial que se tenga en cuenta y se complemente con otras evaluaciones y consideraciones del desempeño académico, extracurricular y personal del estudiante a lo largo del curso.

 

 

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