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La Anestesia del deseo: Las 5 señales de alerta del Síndrome del Niño Hiperregalado en Navidad

Ante la inminente llegada de la Navidad y los Reyes Magos, muchas familias se enfrentan al dilema de la cantidad de obsequios. Sin embargo, lo que parece un acto de generosidad puede tener un efecto rebote en el desarrollo emocional de los menores. Desde la Universidad Internacional de Valencia (VIU), perteneciente a la red de educación superior Planeta Formación y Universidades, expertos en neuropsicología alertan sobre la «Anestesia del Deseo», un fenómeno neurobiológico provocado por el exceso de regalos que anula la capacidad de disfrute del niño.

María José García-Rubio, docente del Grado de Psicología y del Máster Universitario en Neuropsicología Clínica de VIU, y co-directora de la Cátedra VIU-NED, explica que este síndrome describe cómo «la sobreexposición a estímulos gratificantes, como regalos constantes o recompensas inmediatas, reduce la sensibilidad del sistema de recompensa del niño».

Qué ocurre en el cerebro: el pico de dopamina y la saturación

A nivel neurobiológico, la avalancha de regalos tiene un efecto directo. Según explica Rubio, a corto plazo se produce un «pico dopaminérgico intenso» asociado a la novedad. Sin embargo, cuando los regalos son demasiados o muy frecuentes, «el cerebro deja de percibirlos como algo especial».

«El sistema dopaminérgico se adapta y la respuesta de placer se atenúa: el mecanismo de recompensa se ‘satura’ y deja de reaccionar de forma saludable a la novedad», señala la experta de VIU. La consecuencia directa es que el deseo pierde su función de motor motivacional y se convierte en una «búsqueda continua de más estímulo», pero con menos capacidad de disfrute real.

Las 5 señales de alerta del Niño Hiperregalado

Para ayudar a los padres a identificar si sus hijos están sufriendo esta «anestesia», María José Rubio detalla las cinco señales más evidentes:

  1. Pérdida rápida de interés: los juguetes o actividades nuevas se abandonan enseguida.
  2. Baja tolerancia a la frustración: el niño se irrita fácilmente cuando algo no es inmediato.
  3. Demandas crecientes de novedad: actúan como si nada fuera suficiente.
  4. Confusión entre deseo y derecho: creen que pedir equivale a merecer automáticamente.
  5. Disminución del valor emocional: los objetos se vuelven intercambiables y carentes de significado.
El peligro del ciclo «quiero tengo»

Cuando la experiencia repetida es ‘quiero, luego tengo’, el niño no entrena procesos esenciales como la demora de la gratificación o la perseverancia. Esto no solo afecta a la convivencia en casa, sino que repercute directamente en su rendimiento académico, ya que el estudio requiere una capacidad de esfuerzo que no están entrenando», advierte Rubio.

El cerebro aprende por repetición y, si la espera nunca está presente, «la frustración aparece como algo intolerable». Además, este exceso puede distorsionar el desarrollo social, fomentando una menor empatía hacia quienes no tienen lo mismo y reforzando una visión del mundo centrada en el «tener» en lugar del «relacionarse».

La solución: La regla de «sentido, utilidad y proporción»

Frente a esta situación, la docente de VIU no propone prohibir los regalos, sino aplicar una regla de oro para un consumo consciente: «Menos es más cuando se acompaña de significado». Rubio sugiere que cada regalo responda a tres criterios claros: Sentido, Utilidad y Proporción. «No se trata de prohibir, sino de asegurarnos de que cada regalo tenga un propósito auténtico y que el niño pueda disfrutarlo plenamente sin quedar ‘anestesiado’ por la abundancia», aclara.

Asimismo, la neurociencia recomienda priorizar las experiencias compartidas (tiempo de calidad, actividades al aire libre o culturales) frente a los objetos materiales. «Estas vivencias activan redes cerebrales vinculadas a la conexión social y la autorregulación, mucho más estables que los circuitos dopaminérgicos asociados a la novedad material». «Regalar menos no significa querer menos», concluye María José Rubio. «La medida justa es la que educa, acompaña y construye recuerdos significativos».

 

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