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María Vinograd, de ININED: «Si hay rutinas que mantenías en tu clase, es fundamental trasponerlas al ambiente en línea para crear un sentido de normalidad»

La diseñadora de currículum María Vinograd, de nuestro colaborador  ININED, consultoría académica para la enseñanza en línea, comparte reflexiones sobre sus experiencias y observaciones al impartir clases en enseñanza virtual.

 

 

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En sus conceptualizaciones, internet ha comparado a los maestros que enseñan en línea durante la pandemia del COVID-19 con el cuarteto de cuerdas que siguió tocando hasta el final en el naufragio del Titanic. Pero nosotros sabemos que eso no es cierto.

Los MOOCs (massive open online courses) se han burlado de las universidades durante años. Los padres de familia que han adoptado la escolaridad en casa han creado los más fabulosos recursos en la web y los tutores privados han dominado las oportunidades de las clases en vivo en línea. Aún cuando las escuelas y colegios vuelvan a abrir, seguirá siendo relevante tener una presencia en línea. Este período de crisis ha empujado al sector educativo más allá de sus límites, hacia un cambio de paradigma y a la Web.

Durante las últimas semanas he llevado a cabo toda mi enseñanza en línea y he observado a docenas de colegas que también lo hacían. He visto profesores trabajando con estudiantes de posgrado, de grado, niños en edad escolar y con infantes de preescolar en clases virtuales en tiempo real. He llegado a adoptar esto como una nueva normalidad que irrumpe aprovechando las fortalezas que comparten todos los grandes maestros.

Aquí les presento las cuatro cosas que más llamaron mi atención.

 

1.- No es Televisión  

Cuando entramos a un salón de clases virtual muchos de nosotros pasamos inmediatamente a nuestra mejor voz de artista o comentarista y dedicamos gran esfuerzo para que el programa salga perfecto. Pero una clase virtual no es un programa de televisión; tiene que ser un canal de dos vías. Tus estudiantes no lo sintonizaron para verte a ti, se están reuniendo para pasar tiempo contigo en un ambiente de aprendizaje y aprender de ti. No todos podemos ser Bloggers y estrellas de Youtube, pero podemos ser buenos profesores en línea.   

 

2. Todo es personal

Al transitar del aula a la enseñanza en línea es crítico mantener esa relación especial. Tus estudiantes y especialmente los más pequeños, necesitan darse cuenta de que la persona en la pantalla eres tú, el mismo que conocen en carne y hueso y que estás pasando por una experiencia similar a la de ellos. Si hay rutinas o tradiciones que mantenías en tu clase, es fundamental trasponerlas al ambiente en línea para crear un sentido de normalidad y permitir que el aprendizaje continúe a un ritmo similar.

 

3. No todo es tecnología

Algunas de las cosas más útiles y efectivas que podemos hacer en una clase virtual no tienen que ver con compartir pantalla, pasar vídeos o actuar. Enseñar es un trabajo de personalidad y tienes que lograr lo mejor de ti. Las cosas que han funcionado para mis colegas y para mi incluyen utilería y disfraces o compartir una segunda cámara para mostrar tu mano que está escribiendo, simulando una pizarra.

 

4. Quédate con los niños

Habiendo dicho eso, usar una amplia variedad de herramientas en línea, plugins y paquetería para darle sabor a tu enseñanza con ellos y añadir widgets divertidos que motivan y atraen es, definitivamente, el camino para ganarse la atención de los estudiantes y mantenerlos sintonizados más tiempo.

¿Dije sintonizados? Aunque no es televisión, quieres que se vuelvan a reunir para más aprendizajes en línea.

En el último mes, LGEG-C facilitó exitosamente la transición a aprendizaje totalmente en línea a más de 300 profesores y 2000 estudiantes en todo el mundo.