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Cómo preparar a los jóvenes para la etapa universitaria

 

    • Esther Requeni, directora técnica de British School of Valencia

En unos meses, muchos alumnos comenzarán una nueva etapa en sus vidas: la etapa universitaria. Los meses previos a este momento están colmados de nervios, de dudas sobre qué carrera elegir finalmente y de incertidumbre por saber cómo será su vida en la universidad.

Esta transición no se limita únicamente a la vida académica, también se vive en la parte personal. Ir a la universidad implica cambiar de entorno, adquirir nuevas responsabilidades, conocer a nuevos compañeros y, en algunos casos, incluso cambiar de ciudad e independizarse. Son momentos, sin duda, de muchos cambios. Y, por ello, tanto las familias como los colegios debemos hacer de guías y ofrecerles las máximas herramientas para que gestionen este momento lo mejor posible.

Durante bachillerato, es decir, los dos últimos cursos de la etapa escolar, se prepara a los alumnos en el aspecto académico para acceder a la universidad. Pero en la parte emocional, ¿se les prepara también?

En British School of Valencia (BSV) le otorgamos un gran peso al bienestar emocional de los alumnos. Por ello, además de ofrecer la máxima información posible en cuanto a la oferta universitaria, también, trabajamos con ellos en los últimos cursos en su preparación para los cambios a los que van a tener que hacer frente cuando terminen el colegio. A continuación, dejamos una guía a seguir para acompañarlos en esta transición:

Adquirir responsabilidades

En algunas ocasiones, las familias tienden a la sobreprotección de los jóvenes y adquieren el rol de tomar como suya la responsabilidad de elegir por ellos, sin darles ni siquiera la oportunidad a que hagan lo que verdaderamente les gusta y les llama la atención. Por ejemplo, el control de sus ingresos y gastos. Habrá ocasiones en las que se equivoquen, pero esto también forma parte del proceso de aprendizaje. Y por supuesto, las familias y los profesores debemos acompañarlos, de manera que se sientan arropados en la toma de decisiones.

Fomentar la comunicación y la confianza

El paso a la universidad coincide con la transición hacia la vida adulta. En este punto, la relación entre los jóvenes y las familias también cambia. En este aspecto, es muy valioso crear un clima de confianza en el que se pueda conversar y exponer opiniones o puntos de vista diferentes. El objetivo debe ser llegar a un entendimiento desde la conversación y no mediante imposiciones.

Trabajar la gestión de la frustración

En este momento en el que tienen que enfrentarse a la toma de muchas decisiones como qué carrera estudiarán, en qué universidad o si cambiarán de ciudad. Es probable que se equivoquen en alguna de estas decisiones y tengan que lidiar con la frustración de no haber tomado la dirección correcta. Por ello, debemos trabajar para que interioricen que “caerse” forma parte del camino y que, ante cualquier adversidad, lo fundamental es reaccionar a tiempo y buscar una solución. Equivocarse es lo más normal del mundo.

Fijar metas a corto plazo

Cuando pensamos en el futuro, tendemos a idealizarlo. Por ejemplo, cuando se elige una carrera universitaria se hace pensando en la profesión que se va a desempeñar en un futuro. No obstante, es muy habitual que, al comenzar a estudiar una carrera, surjan nuevas inquietudes laborales dentro del mismo ámbito de estudio o, incluso, se interesen otras profesiones. Por ello, lo ideal es fijarse metas a corto plazo, ir paso a paso y evitar, así, posibles frustraciones innecesarias.

Aunque puede parecer una etapa difícil para ellos, también son momentos de gran aprendizaje. Además, es muy bonito ver cómo poco a poco van definiendo su propia personalidad y dando los primeros pasos de su vida adulta. Familias y profesores debemos ser un apoyo para ellos, acompañarlos en este camino y darles la confianza para que, ante cualquier adversidad, puedan pedir ayuda si lo necesitan.

 

 

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