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Covid, otros virus y gérmenes: ¿Basta con ventilar en los centros educativos?

 

Por PHS Serkonten, empresa colaboradora en el sector de higiene total y calidad y purificadores de aire

 

Actualmente, dada la situación de la pandemia, se comienza a plantear la posibilidad de eliminar la obligatoriedad del uso de la mascarilla en un plazo no muy lejano. Ya se han dado pasos en este sentido, liberando del uso de mascarillas en los recreos de colegios e institutos.

Si hasta ahora, la ventilación ya tenía una gran importancia, con esta nueva situación que se aproxima, cobrará si cabe aún mayor relevancia, por lo que es necesario revisar y tener en cuenta una serie conceptos y de factores.

¿Por qué ventilar?

Las personas al hablar, pero también con el hecho de respirar, emitimos aerosoles y dióxido de carbono (CO2). Es por este motivo que la concentración de CO2 sea un buen indicador para medir el riesgo de contagio del Sars-Cov-2.

Así, alcanzado un nivel determinado de dióxido de carbono, se recomienda ventilar para reducir la concentración de dicho gas y, de esta manera, disminuir el número de aerosoles en el aire y, por tanto,  el riesgo potencial de contagio.

¿Cuándo ventilar? Medidores de CO2

Para espacios interiores compartidos en general y, según el protocolo Covid recomendado, cuando se alcancen las 700 ppm (partículas por millón) de CO2 es necesario ventilación, ya que, aproximadamente el 75 % del aire de la estancia ya ha sido respirado.

Este límite bajaría hasta los 600 ppm si hay riesgos adicionales de contagio por actividad física intensa, uso de la voz, mascarilla retirada o distancia no mantenida.

Gracias a los medidores de CO2 podemos saber qué categoría de calidad del aire interior tenemos y por tanto, actuar rápidamente sobre ella, iniciando y finalizando la ventilación. Con este tipo de dispositivos seremos mucho más eficientes con la ventilación consiguiendo un ahorro energético notable.

Por otro lado, es importante saber que no todos los medidores de CO2 existentes actualmente son iguales. La diferencia de precios entre unos y otros ya puede ser un primer indicador de la calidad del aparato. Hay algunos que la medición la hacen infiriendo los datos, es decir, estimando. Evidentemente, esto no es lo recomendado, ya que la fiabilidad de la muestra decae enormemente.

Si queremos un medidor de CO2 de calidad tenemos que fijarnos en que su sensor sea NDIR (infrarrojo no dispersible), ya que este tipo de sensores mide exclusivamente la concentración de CO2, realizando una medición directa. Mientras que los otros sensores miden los componentes orgánicos volátiles y para dar la cifra de CO2 realiza un cálculo y muestra un CO2 orientativo.

¿Cómo ventilar?

Para realizar una correcta ventilación no bastaría con abrir una ventana ya que sería complicado o casi imposible que se generase una corriente de aire suficiente para renovar el aire. Por ello se recomienda, siempre que sea posible, que la ventilación sea:

  • Cruzada: abrir ventanas y puertas al exterior que estén en zonas opuestas
  • Distribuida: abrir el mayor número de puntos al exterior. Mejor abrir más ventanas, aunque sean poco centímetros, que abrir solamente una de par en par.

 

¿Qué ocurre en los colegios e institutos?

Las imágenes de los estudiantes con abrigos, gorros e incluso mantas en las épocas más frías se han convertido en cotidianas. Tener abiertas las ventanas en las clases de manera permanente es una práctica habitual en muchos centros educativos. ¿Es efectivo? ¿Es eficiente?

No hay duda de que los niveles de CO2, manteniendo las ventanas abiertas, se mantengan bajos. Por el contrario, la factura eléctrica subirá, las posibilidades de resfriado aumentarán entre profesores y alumnos y el confort ambiental no será el más adecuado para la actividad escolar. Para encontrar el equilibrio y tener el conocimiento efectivo de cuándo realizarlo, la instalación de medidores de CO2 en las aulas y en espacios donde la convivencia de estudiantes es alta, como comedores, gimnasios, etcétera, se hace más que recomendable.

 

El aire exterior que entra con la ventilación

Ya hemos visto hasta aquí que con la ventilación logramos disminuir la presencia de CO2 en el aire interior de nuestras aulas y espacios cerrados y, por tanto, disminuir la presencia de aerosoles y del virus Sars-Cov-2. Sin embargo, al abrir las ventanas estamos introduciendo en esos espacios lo bueno y lo malo del aire exterior que nos rodea y, esto, en muchas ocasiones, empeora la calidad de nuestro aire interior, aunque disminuyamos el nivel de CO2.

El aire del exterior está más expuesto a factores y elementos contaminantes: vehículos, calefacciones, industrias y así hasta un largo etcétera. Esto hace que el aire exterior contenga un alto número de compuestos orgánicos volátiles (COVs) que son perjudiciales para la salud. Y estos COVs son los que entran en las aulas a través de la ventilación.

En ciudades como Barcelona o Madrid, en casi el 50 % de los colegios la contaminación del aire exterior supera los niveles permitidos. Esta contaminación no es puntual, sino que en la mayoría de los centros se produce a lo largo de todo el horario lectivo. Esta mala calidad del aire exterior agrava y genera enfermedades respiratorias y aumenta el riesgo de desarrollar otras.

 

Purificadores de aire con filtro HEPA, los grandes aliados

Como ya hemos visto hasta ahora, los medidores de CO2 nos permiten conocer cuándo debemos abrir las ventanas para realizar la necesaria ventilación de nuestras clases y estancias. Sin embargo, ese aire externo que se cuela puede que no sea todo lo bueno que desearíamos o, quizá, las condiciones de las que disponemos para realizar la ventilación no sean las más adecuadas, por la disposición de las ventanas, el escaso número o incluso por la ausencia de ellas. ¿Qué hacemos entonces en estas circunstancias?

La solución la encontramos en los purificadores de aire con filtro HEPA. Estas máquinas de renovación y filtrado del aire cuentan con un sistema de filtros que van reteniendo los virus, bacterias y componentes volátiles presentes en el aire. De esta manera y, gracias a este sistema, podemos contar con un aire limpio, reduciendo al mínimo las posibilidades de contagios y transmisión de enfermedades. Esto incluye al Covid-19, ya que como en el caso de los purificadores de aire Aeramax PRO cuentan con filtros HEPA 13 que capturan más del 99,99 % del virus, según certificado obtenido por la Universidad de Génova en noviembre de 2021.

Evidentemente, la preocupación actual gira en torno al Covid, pero este tipo de purificadores también muestran su eficacia con virus como la gripe y minimizando los efectos de las alergias. Esto se traduce en una disminución sustancial de las bajas laborales del profesorado y de las ausencias del alumnado.

 

Una solución para cada necesidad

Al igual que ocurre con los medidores de CO2, el mercado está lleno de purificadores y, claro, a la hora de elegir es complicado decantarse por un modelo u otro. Entonces, ¿en qué fijarse?

Los puntos importantes en los que fijarse son los siguientes:

    • Filtro HEPA 13: para ser eficaz con aerosoles de pequeño tamaño, como es el caso del Sars-cov-2, es imprescindible que el purificador cuente con un filtro HEPA 13 o superior. Esto significa que este tipo de filtros cuentan con la certificación EN1822, que determinan su eficacia en un 99,95 % ante partículas de 0,3 micrones.

Por otro lado, si además cuenta con algún otro tipo de filtro como el de carbono, la efectividad contra los diferentes virus y bacterias, e incluso en la eliminación de olores, aumenta exponencialmente.

    • Renovaciones por hora (ACH): este es el indicador del número de veces por hora que el purificador es capaz de renovar el aire completamente de una estancia. Con el protocolo sobre el Covid-19, la recomendación es que se realicen entre 5 y 6 renovaciones a la hora.

Por este motivo, la capacidad del purificador va a determinar su efectividad en relación con el tamaño del espacio a purificar, o a la necesidad de instalar un mayor número de unidades.

    • Instalación mural en altura: en este caso la importancia radica en que el purificador toma el aire para renovarlo y, por tanto, si está a ras de suelo, absorberá una gran cantidad de polvo, disminuyendo la vida útil de los filtros muy rápidamente. Además, el peligro de los aerosoles radica en el área de respiración, que es de donde las personas tomamos y expulsamos el aire. Es en esa ubicación donde el purificador muestra una mayor efectividad y eficiencia.

 

Los purificadores Aeramax PRO cumplen todas estas cuestiones. Además, incluyen sensores de presencia para aumentar aún más su eficiencia e incrementar su funcionamiento cuando detectan un número mayor de personas, o quedarse en modo reposo si detectan que la sala o el espacio se encuentra vacío.

 

Medidores de CO2 y purificadores de aire

La combinación de ambos es la solución perfecta para garantizar una calidad de aire interior óptima: ofreciendo una mayor seguridad en las instalaciones, aumentando el ahorro energético, disminuyendo los riesgos de transmisión de enfermedades y logrando un menor número de bajas y ausencias.