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Educación emocional ¿por qué es importante trabajarla desde la infancia?

 

    • Por British School of Valencia

Hoy en día, hablar de educación emocional, afortunadamente, ya no es un tema tabú. La salud mental y la importancia de cuidarla ya es una prioridad para muchas familias. Lo mismo ocurre en los colegios. Cada vez son más los centros que han implementado en sus sistemas educativos programas relacionados con el bienestar emocional de los alumnos. De hecho, se ha hecho obligatoria la implantación de la figura del Coordinador del Bienestar, cuya principal función es acompañar a los alumnos y trabajar con ellos en esta materia.

Entendemos por educación emocional el proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social. Así lo define Rafael Bisquerra, catedrático de Orientación Psicopedagógica por la Universidad de Barcelona y experto en educación emocional.

Este cambio en cuanto al tratamiento de la educación emocional vino motivado, principalmente, por la llegada de la pandemia. El confinamiento cambió por completo nuestras vidas, obligándonos a cortar de raíz relaciones sociales y trastocando por completo nuestra rutina. Cambios tan bruscos pueden llevar, tanto a niños como adultos, a experimentar situaciones de estrés terminen por derivar, incluso, en un proceso de duelo.

El duelo es algo que no solo se experimenta ante el fallecimiento de un ser querido, sino que suele estar ligado también a situaciones como un divorcio, un cambio de ciudad o, incluso, en la transición de la infancia a la pubertad o adolescencia.

En una jornada celebrada recientemente por British School of Valencia dirigida a las familias, el ponente encargado de la charla destacó la importancia de trabajar la educación emocional con los niños, desde que son pequeños, tanto en el ámbito escolar como en el familiar. De este modo, se contarán con las herramientas necesarias para hacer frente a situaciones complicadas para los niños, como los procesos de duelo que mencionábamos anteriormente. En este aspecto, Iker dio algunas pautas concretas:

    • En primer lugar, la edad del menor es clave a la hora de afrontar las situaciones de cambio. En edades muy tempranas el diálogo es más difícil. Para ello, existen otras herramientas como pueden ser los dibujos o juegos que permiten a los niños expresar sus sentimientos.
    • Hay que confiar en ellos y evitar “poner la tirita antes de la herida”. Es decir, en muchas ocasiones los niños tienen una mejor capacidad de adaptación de los alumnos.
    • No obstante, y en línea con lo anterior, debemos estar pendientes de que muestren sus emociones. En algunos casos ocurre que, si los niños ven a su entorno afligido o preocupado, evitan manifestar sus sentimientos por no molestar.
    • Por ello, es importante que estos procesos se afronten en familia. Así, se estrechan los lazos efectivos entre los miembros de la familia y se refuerza la estructura familiar.

Relación de confianza

Por todo ello, en el marco de la educación emocional, es muy importante que se trabaje con los más pequeños en crear una relación de confianza en la que puedan exponer sus emociones sin miedo a sentirse juzgados. Para ello, es crucial fomentar la comunicación y dejarles expresar sus emociones sin juzgarles, respetando sus tiempos y procesos.

No generar este clima de confianza puede derivar en que los niños manifiesten sus inquietudes a través de otros comportamientos como, por ejemplo, la disminución del apetito, alteraciones en el sueño o falta de concentración. Este tipo de trastornos no son el problema, sino que suelen ser el síntoma de algo más. De este modo, ante situaciones complicadas para ellos, no debemos sobreprotegerlos, sino acompañarlos en el proceso y darles las herramientas necesarias para que puedan afrontar cualquier situación de dificultad de la mejor manera posible.

Sin duda, es muy valioso que, tanto en el entorno escolar como en el familiar, se trabaje la educación emocional durante la infancia y adolescencia. Así, tanto adultos como niños, contaremos con las herramientas necesarias para enfrentarnos, en conjunto, ante cualquier situación que pueda afectar al bienestar de los más pequeños.

En palabras de algunas de las familias asistentes: “Me parece muy interesante ver que el colegio se preocupa por la salud emocional/mental de nuestros hijos”; “Ha sido muy interesante tanto la información como la iniciativa del centro de organizar estas reuniones”.

 

 

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