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Diez consejos para potenciar la autonomía y la independencia de los más pequeños

 

    • Besiana Pollozhani, Profesora de educación infantil en TEMS, The English Montessori School

 

En nuestros primeros años de vida, todas las personas somos completamente heterónomas y dependientes y necesitamos ayuda activa para ejecutar cualquier tarea. Por este motivo, es importante que desde edades tempranas los niños adquirieran autonomía, pues no es una aptitud innata, sino que requiere de trabajo constante y paulatino para su desarrollo.

La autonomía es un concepto de la Psicología, la Pedagogía y la Filosofía que manifiesta la capacidad de una persona de ser capaz de llevar a cabo cualquier tarea de forma independiente. Así mismo, esta capacidad nos permite adquirir opiniones y gustos propios y potencia la seguridad en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Por ello, resulta imprescindible para el desarrollo de las personas.

La adquisición de la autonomía es sin duda uno de los procesos de aprendizaje más importantes que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Para que sea posible y se realice de una forma natural y evolutiva para el niño, es importante que los padres y educadores nos convirtamos en guías y observadores. Esto es, que otorguemos las herramientas necesarias, enseñemos cómo hacer frente a las cada vez más complicadas actividades y acompañemos en el proceso para que, poco a poco, el niño sea capaz de superarlas de forma independiente.

Este concepto de autonomía es uno de los pilares básicos que sustenta la pedagogía ideada por María Montessori. La pensadora determinó que existen unas etapas de crecimiento clave para todas las personas y que cada una de ellas supone un plano de desarrollo único.

El primer plano de desarrollo, que se produce desde el nacimiento del niño hasta los seis años de edad, fue denominado por María Montessori como “Mente Absorbente”. Durante este tiempo, el niño se desarrolla debido a su capacidad de absorción.

En este sentido, los niños se adaptan a las condiciones del entorno y la cultura a la que están expuestos. Por lo tanto, es crucial que cuenten con un ambiente seguro y protegido, que les ofrezca oportunidades para moverse y explorar, lo que a su vez les ayudará a aprender y adquirir autonomía.

Una de las frases más importante que escribió la Dra. Montessori con respecto a la preparación de un entorno adecuado, que ayudará al niño a ser independiente, es: “Ayúdame a ayudarme a mí mismo”. Pues, la preparación del ambiente implica actividades de la vida cotidiana y la libertad del niño para practicar dichas actividades.

Estas rutinas son importantes porque enseñan al niño a desenvolverse en su propio entorno y a encontrar su lugar en el mundo y en su cultura. Incluyen el cuidado de sí mismo, el del medio ambiente, la gracia y la cortesía, esto es la capacidad de hacer las cosas agradables, y el control del movimiento.

En cualquier caso, para que el niño pueda evolucionar en este entorno seguro y ser capaz de realizar las actividades que se le presentan, es crucial que tenga los materiales que necesite a su disposición. Es decir, que se muestren donde el niño pueda alcanzarlos de forma independiente, brindando así la oportunidad de repetir cualquier proceso sin la guía de un adulto.

Una vez sepamos adaptar el entorno y otorgar los materiales, existen ciertos consejos que podemos seguir para guiar a un niño hacia la autonomía diseñando una rutina Montessori:

    • Crear una rutina constante entre semana. Desde vestirse por las mañanas, desayunar, ir al colegio, preparar la merienda y tener una hora para jugar por la tarde, hasta irse a la cama.
    • Guiar al niño a través de los pasos para prepararse, ya sea verbalmente, describiendo la acción que se llevará a cabo a continuación, o visualmente, preparando tarjetas ilustradas que muestren la actividad que se llevará a cabo.
    • Usar un temporizador, en el caso de que lo necesitemos, para intentar ser capaces de realizar las tareas de forma cada vez más eficaz.
    • Por las mañanas, animar al niño a cepillarse los dientes de forma independiente a través del ejemplo. Esta es una actividad concreta que ayudará a desarrollar el autocuidado, una buena imagen de sí mismo, el orden y la concentración.
    • Proporcionar al niño dos opciones de vestimenta, siempre que sea posible, colocándolas en la cama o, cuando estén disponibles, colgándolas en un espacio donde el niño pueda alcanzarlas de forma independiente. Además, debemos otorgarles tiempo suficiente para que practique cómo vestirse de forma independiente. Para ello, podemos describir la acción o preguntarles en el proceso si necesitan ayuda, pero evitando interrumpir su concentración y el desarrollo de la motricidad fina y gruesa.
    • Presentar también dos opciones para el desayuno, mostrándoles visualmente las opciones de alimentos o poniéndolas a su altura para que puedan alcanzar y preparar su propio desayuno (tazones, utensilios, frascos, cajas de cereal, pan, etc.).
    • Concienciar y preparar al niño cuando vayamos, por ejemplo, a dejarlo en el colegio, de modo que podamos hacer las despedidas cortas dulces y positivas. Para motivarles, podemos darles algo que esperar para su día.
    • Proporcionarles opciones de merienda, bebida o tentempié, tal y como hicimos con el desayuno, ya sea presentándolos visualmente o pidiéndoles que participe en su preparación. De este modo, adquieren confianza y autonomía a la vez que utilizan utensilios. En cualquier caso, es importante que estos estén adaptados: cuchillo seguro para niños, tabla de cortar, exprimidor de jugos, pelador, etc. Esto les ayudará también a desarrollar y fortalecer el control del movimiento.
    • Permitir durante el tiempo de juego de la tarde que el niño tenga tiempo para explorar, desarrollar la creatividad, el control del movimiento y el aburrimiento. Para ello, debemos asegurarnos de que el niño está expuesto a una variedad de estímulos sensoriales. Todo ello, poniendo a su disposición materiales que sean naturales, seguros y accesibles. En este aspecto, es importante que evitemos criticar, corregir o proteger del fracaso. Además, debemos intentar limitar o eliminar el tiempo con pantallas por completo. De este modo, desarrollará más su imaginación, concentración, lenguaje a través del juego de roles y el movimiento.
    • Al igual que con la rutina de la mañana, es crucial proporcionar suficiente tiempo para que el niño tenga la oportunidad de desvestirse y bañarse o ducharse. Una vez que esté en la cama, podemos pedirles que elijan un libro para el cuento antes de dormir, lo que también ayudará a fomentar la imaginación, el lenguaje, la autoestima y un fuerte sentido de logro.

La realización de estas actividades de la vida diaria establecidas a través de una rutina constante son la base para el desarrollo holístico del niño ya que les ayudan:

    • Desarrollar confianza en sí mismos.
    • Adquirir independencia.
    • Crecer en la comprensión del entorno.
    • Desarrollar la percepción motora y la perfección del movimiento.
    • Aumentar el sentido de la responsabilidad.
    • Aprender a apreciar su cultura.
    • Establecer el orden.
    • Entrenar la concentración.
    • Desarrollar un espíritu de ayuda.
    • Crecer en el autoconocimiento.

En definitiva, gracias a la realización de estas actividades, que siguen el diseño de la pedagogía Montessori, ayudaremos a nuestros hijos a adquirir autonomía, lo que, durante su primera etapa de desarrollo, potenciará una gran capacidad de habilidades para su futuro.